lunes, 6 de mayo de 2013

Desconocía que de un corte pudiese brotar tanto dolor. Aún no sabía porqué el impacto de tu mirada provocaba tal sufrimiento en sus ojos. Sus rodillas temblorosas decidieron no seguir y dormir en aquel doloroso suelo, el mismo en el cual cayó cuando tu orgullo la golpeó e impidió que jamás volviera a confiar en sí misma. No entendía porque su corazón se deshidrataba por momentos, le faltaban tus sonrisas que le dijeras que un nuevo día jamás comenzaría. Pero te fuiste tú y sin permiso te llevaste su felicidad. La agonía de tu caricias la mató. El amor asesina y la amistad traiciona. Ya no quiere recordar los lunes con sabor a ti, ni los domingos apestados de tu puta arrogancia.

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