jueves, 4 de abril de 2013

Mis zapatos favoritos.


Aún recuerdo tus frías palabras camufladas del cariño de una puesta de sol; me prometiste que me tratarías cómo a tus zapatos favoritos, no entendí nada, pero me dejé llevar, cómo flor de primavera en un campo a punto de florecer. Me hiciste creer que me cuidarías desde el primer hasta el último, cual niño pequeño que no desea que  le pisen sus zapatos nuevos, que iría contigo hasta el fin del mundo, que me guardarías para las mejores ocasiones, que me cuidarías, que siempre sería la favorita pero no la única… Pero el tiempo, el inconsciente culpable de todo, empezó a permitirte que me abandonaras por aquellas botas de temporada, que me dejaras en un rincón, sucia, usada, apestada… pero sabes qué es lo más triste de todo? Que siempre estuve debajo de ti y tú encima de mí, bajo tus pies y esto hoy ha acabado.

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